sábado, 20 de junio de 2015

El efecto termoiónico, por que el calor también es energía.

1.      En que consiste el efecto termoiónico
Efecto termoiónico. En los metales existe cierto número de electrones libres, es decir, electrones que pueden pasar fácilmente de un átomo a otro del metal y están en continuo movimiento. Normalmente estos electrones permanecen dentro del metal de que forman parte y no escapan de su superficie, debido a las fuerzas de atracción electrostática de los núcleos atómicos. A temperaturas elevadas, la energía cinética de los electrones libres aumenta y muchos superan la atracción de los núcleos y atraviesan la superficie del metal pasando al espacio circundante. Este tipo de liberación de electrones de un metal se conoce con el nombre de "emisión termoiónica" o "efecto termoiónico". La cantidad de electrones que se des-prende de la superficie de un metal por emisión termoiónica, depende de la naturaleza de la superficie emisora y de la temperatura. La mayor parte de los' metales puros emiten electrones sólo a temperaturas muy elevadas. Sin embargo, si los metales están recubiertos con una capa de óxido, pueden emitir electrones a temperaturas relativamente bajas. El "efecto termoiónico" fue descubierto por el norteamericano Tomás Edison en1883, mientras experimentaba con su lámpara de incandescencia, por lo que el "efecto termoiónico" se llama también «efecto Edison". Para la época en que Edison observó el fenómeno, nada se sabía acerca de los electrones, por lo que este físico no pudo darse cuenta de la importancia de su descubrimiento. El primero en investigar y encontrar una aplicación del "efecto termoiónico" fue el científico inglés Fleming en 1905, quien construyó el diodo o tubo de dos electrodos.
2.      Ley de Richardson
En cualquier metal, existen uno o dos electrones por átomo que son libres de moverse de un átomo a otro. A esto se le llama "mar de electrones". Su velocidad, más que ser uniforme, se modela por una distribución estadística, y ocasionalmente un electrón tendrá la velocidad suficiente para escapar del metal, sin ser atraído de regreso. La cantidad mínima de energía necesaria para que un electrón escape de la superficie se llama función de trabajo. Esta función de trabajo es característica del material y para la mayoría de los metales es del orden de varios electronvoltios. Las corrientes termoiónicas pueden incrementarse o disminuir la función de trabajo. Esta característica, que es muy deseable, puede lograrse aplicando varios recubrimientos de óxido al alambre.

En 1901, Owen Willans Richardson publicó los resultados de sus experimentos: la corriente procedente de un alambre, bajo calentamiento controlado, parecía depender exponencialmente de la temperatura del alambre, comportamiento que era modelado por una fórmula matemática similar a la ecuación de Arrhenius.